lunes, 27 de mayo de 2013

El pais



Un grupo de científicos estadounidenses ha conseguido por primera vez células madre embrionarias con el mismo ADN (clonadas) de un adulto. El trabajo es el primer éxito en humanos de la técnica que dio origen, por ejemplo, a la oveja Dolly, pero los autores insisten en que no se trata de obtener personas clonadas, sino en llegar a la fase de blastocisto del embrión (alrededor de los cinco o seis días de desarrollo) para extraer las células madre. Teóricamente, estas podrían luego diferenciarse en tejidos que el paciente necesitara para un autotrasplante, que, como tendrían el mismo material genético que el receptor, podría usarse sin riesgo de rechazo.
 
La tĂ©cnica utilizada es la de transferencia nuclear:: se toma un Ăłvulo de una donante, se le extrae el nĂşcleo y se le inserta una cĂ©lula adulta —tambiĂ©n se ha ensayado con otras fetales, más adaptables— del posible receptor. Luego, el Ăłvulo se activa, y empieza a dividirse en los primeros pasos del desarrollo embrionario. Al llegar a la fase de blastocisto (una especie de pelota de cĂ©lulas), se destruye y se obtienen las cĂ©lulas madre. Esto sucede porque al cambiar el material genĂ©tico el Ăłvulo deja de tener una sola cadena de ADN para tener dos, lo normal en las cĂ©lulas. Esta es la situaciĂłn que se da en la naturaleza cuando hay una fecundaciĂłn (el padre aporta una copia del material genĂ©tico y la madre otra), salvo que estas cĂ©lulas tendrĂ­an las dos copias de un mismo individuo: son, por eso, una clonaciĂłn.
El mĂ©todo ya se habĂ­a ensayado con Ă©xito en distintos animales —ovejas, cabras, vacas, perros, gatos, ratones, cerdos y macacos—, pero nunca habĂ­a funcionado en personas. Fue el fraude que anunciĂł para apuntarse el Ă©xito el coreano Hwang Woo-suk en 2004, por ejemplo. Por eso, Anna Veiga, directora del banco de lĂ­neas celulares del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), valora especialmente que se ha conseguido mejorar la tĂ©cnica para que funcione en humanos.
Pero esta mejorĂ­a, con todo su impacto, no oculta que se acerca, al menos un paso, a un tema tabĂş (en España, por ejemplo, está expresamente prohibido por la ley de reproducciĂłn humana asistida): la clonaciĂłn humana. Visto hasta aquĂ­, el artĂ­culo es muy importante, y tanto a Veiga como a Jorge Cuadros, miembro de la junta directiva de la AsociaciĂłn para el Estudio de la BiologĂ­a de la ReproducciĂłn (Asebir), les gustarĂ­a que el interĂ©s por el trabajo se quedara aquĂ­. “Ya es bastante importante”, dice Cuadros. “Lo que nos interesa a los cientĂ­ficos serios es esta parte, su utilidad para la medicina regenerativa”. Pero ambos son conscientes, como tambiĂ©n lo son los autores del artĂ­culo, de que se ha dado, al menos en teorĂ­a, un paso hacia la clonaciĂłn humana. El propio Mitalipov lo alude —y lo intenta conjugar— en el resumen que ha hecho en una nota de prensa: “Nuestra investigaciĂłn está directamente dirigida a conseguir cĂ©lulas madre para usarlas en el futuro para combatir enfermedades. Aunque los avances en la tĂ©cnica de transferencia nuclear conducen a menudo a la discusiĂłn pĂşblica sobre los aspectos Ă©ticos de la clonaciĂłn humana, ese no es nuestro objetivo. Y tampoco creemos que nuestros hallazgos puedan ser utilizados por otros para avanzar en esa direcciĂłn”, ha dicho.
Cuadros, está en la misma lĂ­nea de descartar ese siguiente paso, que un embriĂłn asĂ­ producido se implante en el Ăştero de una mujer y llegue a desarrollarse. “Hay que pensar que la tĂ©cnica que ha usado Mitalipov es la misma que habĂ­a utilizado en primates no humanos en 2007, cuando consiguiĂł, en un trabajo importantĂ­simo, crear dos lĂ­neas celulares [cultivos de cĂ©lulas madre que se perpetĂşan en laboratorio]”, explica. “Han pasado ni más ni menos que seis años hasta que lo ha conseguido repetir en humanos. Y, en ese tiempo, ha intentado clonar los macacos sin conseguirlo”, dice el biĂłlogo. “Lo más que ha conseguido, aunque no lo ha publicado, es, tras implantar 67 embriones a 10 hembras, un embarazo, que acabĂł en aborto”, cuenta.
El especialista en reproducciĂłn cree, por tanto, que pensar en la clonaciĂłn humana “sigue siendo una barbaridad y ciencia ficciĂłn”. “La transferencia nuclear es una tĂ©cnica insegura e ineficaz. La hemos probado en animales, con tasas de Ă©xito del 1%. Eso quiere decir que en el otro 99% ha habido abortos o crĂ­as que han muerto nada más nacer, y muchos de los pocos animales que se han conseguido tienen malformaciones o enfermedades graves. Que eso pase en animales nos da pena, pero en humanos serĂ­a inaceptable”, dice Cuadros. “En lo que va a ser Ăştil es en la medicina regenerativa”, insiste.
Solo tras insistirle, el especialista admite que se ha dado “un paso” hacia la clonaciĂłn reproductiva (usar la tĂ©cnica para conseguir niños con el mismo ADN que un adulto concreto, y, por lo tanto, lo más parecidos, al menos fĂ­sicamente, que se puede ser). “Pero es solo eso, un paso, y faltarĂ­an muchos por cubrir”.
El motivo está en que, hasta ahora, la tĂ©cnica no es demasiado eficaz. “Que se haya llegado a la fase de blastocisto no implica que ese embriĂłn vaya a seguir desarrollándose si se implanta en un Ăştero de una mujer o que lo haga sin abortar o sin anomalĂ­as. Hay reparos Ă©ticos y tĂ©cnicos para ello. Los primeros no han cambiado, y los segundos todavĂ­a pesan aĂşn más”.
Yendo aĂşn más allá, Cuadros no cree que “cientĂ­ficos serios” quieran nunca dar ese paso. “Cuando se clonĂł a la oveja Dolly, hace 15 años, yo enseñaba en la universidad que eso no era posible, que era demasiado complejo, y tuve que cambiar. Llevamos desde entonces hablando de clonar personas, pero hay una pregunta que me hice entonces y que nadie me ha contestado: ¿para quĂ© hacerlo? Los cientĂ­ficos serios ni se lo plantean, porque es algo que no tiene ninguna utilidad. Si alguien quiere tener un hijo y no puede, hay otros mĂ©todos mucho más sencillos y con menos riesgos. Por eso lo importante de este trabajo, que ya he dicho que es un hito, es lo que ha conseguido”.
La complicaciĂłn de usar la tĂ©cnica de Dolly en personas ha sido hasta ahora insalvable, y por eso el estudio tiene el mĂ©rito de que la vence. Las mejoras abarcan casi todo el proceso, empezando por el proceso de estimulaciĂłn para que la donante produzca más Ăłvulos. “Cuestiona los protocolos actuales”, dice Veiga. En contra de lo que se pensaba, por ejemplo, el objetivo no es que haya muchos Ăłvulos para utilizar, sino su calidad. En animales esta parte no se cuida tanto, ya que perder Ăłvulos por el camino no es tan importante, pero los investigadores han llegado, en algunos casos, a tener Ă©xitos del 50% (conseguir dos Ăłvulos de una donante y que uno de ellos funcione y se desarrolle).
Pero la clave, según los autores, está en su capacidad para elegir el momento de insertar el nuevo material genético en el óvulo sin que este pierda su capacidad para dividirse. La división celular se denomina meiosis, y los investigadores han descubierto cuál de sus fases es la mejor y, sobre todo, cómo mantener la activación de los factores del citoplasma (el contenido interior de la célula) que están actuando en la división. Hay más mejoras, indica Veiga, como que la activación posterior se refuerza mediante electroporación (una pequeña descarga). Todo esto había sido ya probado en macacos rhesus.
El artĂ­culo —“impecable”, segĂşn Veiga— llega hasta el final del proceso: la obtenciĂłn de cuatro lĂ­neas celulares diferenciadas, lo que demuestra que se consiguieron cĂ©lulas madre. En este sentido, el de la medicina regenerativa, “el trabajo es un hito”, afirma Cuadros.
La investigadora catalana recalca que las cĂ©lulas asĂ­ obtenidas, al ser completamente equiparables a las embrionarias, evitan algunos de los problemas que se han visto en la otra fuente de cĂ©lulas madre, las reprogramadas a partir de las adultas (las iPS, que en algunos trabajos han demostrado que mantenĂ­an algunas mutaciones adquiridas por las adultas que son su fuente, lo que podĂ­a ser peligroso). Por eso ella insiste en que el trabajo tendrá gran importancia a la hora de crear bancos para su uso futuro, similares a los que hay ahora de cordĂłn umbilical. Porque, aunque los autores lo mencionen, la idea de hacer una medicina personalizada en la que cuando un paciente necesite tejido cardiaco o neuronas, por ejemplo, se le someta a todo el proceso para fabricar unas genĂ©ticamente idĂ©nticas a Ă©l, no le parece “contemplable”. “Aunque sea posible serĂ­a carĂ­simo. Lo que se pueden tener son bancos con variedad de muestras que sean compatibles”, añade.
El logro es indudable, pero quizá quede oscurecido por la posibilidad de la clonación, mucho menos práctica pero más llamativa.

La transferencia nuclear celular es una parte del proceso de clonación. Consiste en introducir el material genético de la célula a clonar en oocito de la misma especie previamente enucleado sin su propio material genético. Se considera que el oocito tiene la capacidad de reprogramar el programa de expresión génica celular, reiniciándolo de alguna manera, de forma que la célula nueva resultante será capaz de dar lugar a cualquier otro tipo celular.

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